23
octubre

Variar el futuro

Jean Paul, música

Recuerdo hace muchos años en el preceptivo viaje de estudios a Praga de la época de la facultad que un amigo se quedó extasiado ante un cuadro bastante malo que colgaba de las paredes de un café. El formato era muy grande y en él se veía a un pianista de rasgos centroeuropeos, vaya, muy rubio, que sentado delante de su instrumento miraba al vacío con aire triste mientras una de sus manos se escondía en el bolsillo del pantalón. Al fondo se intuía un escenario de café muy parecido al que nosotros estábamos, con gente aburrida bajo arañas de cristal y techos de escayola dorados. Mi amigo, que por aquella época batallaba con los últimos cursos del conservatorio, me dijo que ser pianista era una cosa muy triste, que uno siempre estaba detrás del piano y que al final era una cuestión de entretener a gente que sólo quería tener música de fondo en un café.

Pasando los años recordé esto en un concierto viendo al pianista que seguro que he visto más veces encima de un escenario, Raúl Bernal. De verlo como una suerte de Ray Manzarek local pasé a casi compadecerlo de verlo allí atrincherado tras los teclados mientras sus compañeros de escenario se movían de un lado a otro, o tenían el atrevimiento de poner los pies encima de los amplis. Pasaba un poco más desapercibido que el resto, pero no parecía triste o aburrido. Cuando me enteré que además de escribir libros hacía canciones decidí ponerme tras su pista, y entonces llegó Jean Paul a mi vida para quedarse.

Jean Paul, nombre artístico de la banda de Raúl, o Raúl mismo, no tiene nada ni de rubio ni de centroeuropeo, ni creo que tocara nunca bajo arañas de cristal. Lo suyo más bien es de un alarde capilar con aire de ermitaño montaraz, y se mueve mejor en ambientes de techo bajo antaño pintados de humo. Su música te envuelve como una tela de araña y sus letras hablan de esas frases que uno nunca llega a terminar en su cabeza una vez que se formula un pensamiento. Cuando oigo “…la muerte, tan cercana, tan ausente, tan canalla, tan prudente…” no puedo evitar entroncar directamente con Jorge Manrique, así, tan callando.

Jean Paul presentó el pasado sabado 19 su último disco, “Ocho variaciones sobre el futuro” en un doblete que comenzó por la mañana en la tienda de discos Marcapasos y que dio fin por la noche en el Ruido Rosa acompañado en un dúo de guitarras por Víctor Sánchez. Una noche en que Granada hervía de iniciativas culturales y musicales celebrando su Noche en Blanco y los locales ofrecían conciertos por su cuenta. Entonces deseé que siempre fuera así, que las noches y los días de Granada se convirtieran en un laberinto musical, que uno se sintiera desbordado sin saber dónde acudir, que las calles se llenaran de gente. Fue el sábado un día en el que tuve la esperanza de poder variar nuestro futuro.

Comentarios en este artículo

  1. Enhorabuena. Realmente precioso el post.

    Juanjo Ibáñez
  2. Será un excelente blog. Lo sé.

    Juanjo Ibáñez
  3. Pues muy bien, Carmen, te veo dotes de narradora interesantes…Animo¡¡¡

    Chema Rueda
  4. Pinta bien… ¡buen trabajo!

    Pedro Alberto Ortega
  5. Bien Carmen, bien. Buen comienzo.Enhorabuena.

    Isidro Toro

¡Danos tu opinión!

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *