19
febrero

Censuras

PerpiñánHoy como voy a hablar de cine voy a hablar muy poco. Yo soy un culo de muy mal asiento y a lo mejor tengo un déficit de atención no diagnosticado que me ha impedido toda la vida fijar la atención más de cuarenta minutos en la misma cosa, llámese clase, misa, conferencia, mitin o película. Además, ya se sabe,  las circunstancias obligan, y las dos últimas veces que he pisado una sala ha sido para ver Frozen y La Lego Película.

Como en Granada la cinefilia vintage arrecia cada año a finales de febrero con el Festival Retroback y la ciudad se llena de carteles en blanco y negro he decidido investigar un poco sobre el tema. Ava Gardner nos mira este año desde las marquesinas y en la cabeza de todos se aparece la película «Mogambo» y la absurda trama que urdió la censura para su estreno en España.

SexoEl Archivo Histórico Provincial de Granada conserva unos cuantos ficheros con las fichas de varios cientos de películas que a principios de los ´70 fueron objeto de un análisis minucioso por parte de los censores. Ya sabemos que tuvo que haber tipos listos que amañaran las órdenes superiores y dejaran filtrar los temas más espinosos, pero lo que de verdad me intriga es el imaginar el banquete de cine que se daban en los primeros visionados aquellos que luego metían la tijera en el celuloide como peluqueros feroces que moldearon las cabezas enteras de varias generaciones.

La elección ha sido sumamente difícil, las descripciones de manos que se hunden en escotes y de parejas que se revuelcan en prados verdes son abrumadoras, y el dedo también se pone sobre palabras malsonantes o escenas de «homoxesuales»(sic) o» invertidos».  Otra de las fichas, la de la película «Me, Natalie» donde debuta Al Pacino, sufre un recorte donde se habla del acceso libre a la píldora  anticonceptiva, y la película española «Mi profesora particular» es objeto de una prolífica descripción de escenas de cama, y aboga por eliminar las alusiones al Congreso Eucarístico, y a frases como «esta es la esclava del Señor».

CorrerseUna vez superado el momento hilarante de ir pasando las fichas una a una comienza cierto grado de indignación, de pena de leer párrafos enteros sembrados de erratas y faltas de ortografía. Pasas los dedos por las cartulinas y hasta crees descubrir un olor rancio a nicotina y a humedad polvorienta, el olor del régimen caduco que se empeñaba en sepultar bajo capas de miedo cualquier atisbo de entusiasmo por la vida o de reivindicación de una existencia mejor. 

Parece que vivimos tiempos oscuros con cierta tendencia a recuperar la escala de grises en que nos movimos hace tiempo. Quisiera pensar que ha llegado la hora de recuperar el entusiasmo y de moverse un poco.

 

*Las fichas se pueden consultar en el Archivo Histórico Provincial de Granada. Para verlas ampliadas, pinchad sobre ellas.

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