«Mari Hernández la Dorada, vezina de Orgiva, mujer que fui de Juan Navarro Dorado defuncto que dios aya. Digo que ya saben vras. reverencias como los bienes del dicho mi marido fueron por mandado de vras. reverencias secuestrados, entre los cuales fueron unos vestidos míos mercados de mis dineros, ganados por mi propio sudor y trabajo, y demás de esto, del tiempo que fuimos casados hay algunos bienes multiplicados durante nuestro matrimonio».
Así, para empezar, ¿quién era Mari Hernández? Una desconocida, una vecina de Órgiva a cuyo difunto marido le secuestraron todos los bienes acusado por la Inquisición. Lo que la hace especial es que Mari no se arredra, quizás sabe que puede perderlo todo, pero aún así reclama la parte de los bienes que a ella le corresponden, sus vestidos, comprados con su dinero, por que ella trabaja.
A lo mejor la historia no es como nos la contaron y resulta que las alpujarreñas del siglo XVI trabajaban, y de su dinero se compraban su propia ropa, y aún «siendo mujer viuda y de gran necesidad», como María, tenían los arrestos de dirigirse al Tribunal más temido de la Historia para reclamar sus bienes. No vengo a cambiar la Historia ni a pensar en una supuesta igualdad de derechos de las mujeres de hace quinientos años, pero sí es verdad que alguna vez comenté con compañeros de gremio, al hilo de los miles de documentos que manejábamos, que las mujeres durante la Edad Moderna pleiteaban, compraban, vendían y administraban bienes de una manera que ya no se atrevieron a soñar a finales del XIX. Porque historias como la de Mari hay cientos, sólo que me enamoré de ese documento por tener esa letra tan bonita, el papel era de una calidad y una conservación excelentes y la historia me pareció preciosa. Podemos suponer que Mari recuperó sus vestidos, aquellos que compraría después de un duro trabajo, imagino que recogiendo almendras o criando gusanos, y sus hijos serían unos moriscos rebeldes que apenas unos años más tarde despeñaban soldados en el Puente de Tablate.
A muy pocos días del 8 de marzo me propongo recuperar a lo largo de este mes a mujeres que de alguna manera, siempre en pequeño, formaron parte de la Historia de Granada.
- El manuscrito fue elegido «Documento del mes» en octubre de 2010 y puede consultarse en el Archivo Histórico Provincial de Granada.
Una gran historia, de esas que han quedado en el olvido pero que deben recuperarse. Felicidades
Alberto Donaire
Gracias, Alberto, me alegro de que te haya gustado. Pues sí, la verdad es que es un placer recuperar historias de gente anónima y pequeña. Un saludo
elcarrodeheno
Gracias, Alberto! Tardo mucho en responderte, pero a veces me lío con esto… Aquí seguiremos, recuperando historias. Un saludo
elcarrodeheno
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Mujeres de Granada (I). 1541
Me ha gustado mucho..Las cosas pequeñas se multiplican..
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Herminia Huertas
Las pequeñas casas son valiosas.
Herminia Huertas
Es verdad, Herminia. La Historia la hacen también las personas pequeñas en los sitios pequeños. Un saludo.
elcarrodeheno
Muy interesante. Me encantan estas historias que nos acercan más al día a día del pueblo llano. Generalmente solo se habla sobre Reyes y grandes generales. Pero es de estas historias de las que más se alimentan mis historias, las que yo escribo. Gracias por compartirla!
José Luis López Recio
Gracias, José Luis. Completamente de acuerdo. Yo nunca fui capaz de aprenderme la Historia de los reyes, las guerras ni las fechas correspondientes, por eso disfruto con las historias de la gente. Un saludo
elcarrodeheno
[…] Mujeres de Granada (I). Mari Hernández (1541) […]
El carro de heno » Mujeres de Granada (II). Las tejedoras del Albaicín (1898-1976)
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El carro de heno » Mujeres de Granada (III). Prostitutas (1908-1915)
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El carro de heno » Mujeres de Granada (IV). La Sección Femenina. 1934-1977
Muy interesante. ¡Felicidades por el blog!
Violeta P.Glez
Gracias, Violeta! Intentaremos seguir aportando cosas interesantes. Un saludo
elcarrodeheno