El pasado 26 de abril se cumplieron 77 años desde que un día de mercado en Guernica la Legión Cóndor alemana y las fuerzas aéreas italianas, siguiendo órdenes del ejército franquista, lanzaron meticulosamente y durante cuatro horas bombas rompedoras y bombas de racimo incendiarias desde aviones formados en forma triangular que iban despegando, parsimoniosamente y a intervalos, desde el aeródromo de Vitoria. Respetaron milimétricamente la fábrica de material de guerra y las vías del tren para su posterior aprovechamiento. Desde los mismos aviones ametrallaron al resto de personas que estaban al descubierto y que aún no habían entrado a los refugios.
Cuando dos días más tarde tomaron la ciudad, las tropas sublevadas lo primero que hicieron fue quemar el archivo parroquial. El resto ya lo sabemos gracias sobre todo a que a alguien se le ocurrió pintar un inmenso mural en los grises más tristes para recordar al mundo entero aquella infamia. Pero hay muchas más formas de hacer desaparecer a poblaciones enteras y despojarlas de su identidad: el manipular la historia y el tergiversar los hechos de manera atroz. El diario Ideal, en 1938, haciendo gala de un precoz ‘marhuendismo’, publicaba la siguiente noticia:
«Recientemente ha sido inaugurada en Burgos, con asistencia del Caudillo, el anteproyecto de la reconstrucción de Guernica, –población que destruyeron los rojos- elaborada por la Sección de Arquitectura de la FET y de las JONS. En primer plano figura la Plaza del Imperio, donde se construirá la casa de Falange, el Ayuntamiento y el Museo Anticomunista. También se construirá en ella el Monumento a los Caídos, figurando en el centro una gran Cruz. Un trozo de la ciudad destrozada ha sido convertido en jardín, trazándose calles nuevas, y colocándose en dicho jardín tanques de guerra, carros de combate, etc, que harán de dicho lugar un interesantísimo Museo de la Guerra. Junto al Estadio se construirá la Casa Sindical del Labrador, en sustitución del antiguo Batzoki separatista«.
El urbanismo y la arquitectura son usados como armas de guerra poderosas y perdurables, instaurando instituciones inexistentes en años previos en los lugares más públicos de una población, aniquilando las anteriores, borrando las huellas y las identidades. El periodismo también como arma de manipulación y descrédito. La quema de un archivo parroquial como instrumento doble de desaparición de las personas: si quemas un archivo, matas dos veces.
Hace más de veinticinco años que alguien tuvo el acierto y la paciencia de meternos a un grupo de escolares en un autobús para visitar un cuadro que daba miedo sólo de verlo dentro de aquella urna de cristal, con aristas puntiagudas y custodiado por tricornios. Yo también me sentí con el deber de hacerlo y fuimos expresamente a verlo hace unos meses, a perdernos en los laberintos de granito del Reina Sofía y a reírnos como tontos en el vértigo de sus ascensores. Sólo al entrar en la sala traté de imprimir la solemnidad y el respeto que se le debe a las personas a las que se les despoja de la vida, de los hijos, de las casas, y hasta de los nombres y apellidos.
Magnífico, Carmen. Yo escribí mi cuento «Guernica» y tuvo muchísimo éxito: más de 70.000 visitas… hasta que lo publiqué en digital y quité el final.
La historia se reinventa a conveniencia, según nos mostró Orwell en su «1984». En el caso del franquismo, ni siquiera hubo el paso de los años que la historia requiere: se reinventó un presenta para intentar que se olvidara la monstruosidad en el futuro.
AG
Alberto Granados
Muchas gracias, Rigo, me alegra que te haya gustado. Un placer viniendo de tí. Esto es sólo un botón de las miles de infamias y mentiras que pueblan la prensa de aquella época. ni siquiera la perspectiva del tiempo alivia un poco tanto horror.
elcarrodeheno